Ubicada en el Jirón Camaná, número 459, en el
Cercado de Lima, es un edificio de incontables influencias arquitectónicas,
fluctuando entre el neoclásico español hasta el francés Segundo Imperio.
Notabilísima pieza incrustada en el desvencijado común denominador de las casas
coloniales, esta queda restaurada y puesta en valor no solo por su importancia
para la Pontificia Universidad Católica del Perú, son por el mensaje, legado y
sentido de justicia al padrino ilustre de nuestra educación superior, que tuvo
bien entregar sus bienes a un naciente pero esperanzador resplandor académico
de inmenso potencial.
José de la Riva-Agüero y Osma dedico muchos años
a un gran proyecto: Brindar apoyo a la marcha de la Universidad Católica del
Perú. Además de participar en
actividades institucionales, se preocupó por tomar las medidas legales
necesarias para que su fortuna pudiera contribuir en el sostenimiento de la
universidad y consolidar así su futuro económico. Gracias a ese donativo muchos
alumnos de amplios conocimientos y capacidades pero con pocos recursos
económicos pueden estudiar ahora en ella.
Es por la dedicación de Riva- Agüero y el cariño con el que llevo a cabo este proyecto por el
que en homenaje a su memoria la Pontificia Universidad Católica del Perú creo
un Instituto en la casa donde el nació y vivió.
Optamos por este lugar
para nuestro proyecto porque consideramos tiene un gran valor para todos
nosotros los estudiantes de la Pontifica Universidad Católica del Perú. Segundo
porque es considerado uno de los principales atractivos del centro histórico de
Lima y uno de los edificios antiguos mejor conservados de la ciudad. En suma, un emblema
de que la clasicidad hispanista, parte de nuestra herencia como peruanos, se
preocupa de su estudio como también del componente indígena y de nuestro pasado
etnográfico antes de la llegada de los peninsulares. Un crisol, una pléyade de
peruanidades reunido bajo un solo techo.